Este año que acaba junto a los cinco anteriores, ha venido acompañado de mucho trabajo. Entre las clases en el instituto, y los trabajos individualizados hemos podido, entre las dos, realizar uno de los retos soñados desde hace más de 20 años.... tener nuestro propio taller artístico.
Teniendo en cuenta que nuestra obra se ha gestado en espacios de menos de 5 metros cuadrados, disponer ahora de más de 80 es un sueño hecho realidad. El cual nos permitirá volver a los grandes formatos, tanto en pintura, grabado, como en escultura.
Y no es causalidad que la sorpresa venga en estas fechas....siendo este, el mejor regalo de Navidad. Esfuerzo y perseverancia....
Gracias a los dibujos de Silvia y un empujoncito de la IA, os mostramos en lo que podrá convertirse el espacio esperado.
Horas echadas en las gélidas tardes de invierno.












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