Esta idea surgió en un momento creativo de extrema saturación. No sé ni cómo se me pudo ocurrir tal descabezada idea...Supongo que en esto de la creatividad influye mucho las paranohias que se pasan por nuestro subconsciente.
El caso es que no paraba de dibujar a estos seres regordetes sin cabeza,a modo de bocetos, para posibles esculturas cerámicas.
Cuando entré en la Escuela de Cerámica de la Moncloa pude esplallarme, y allí es donde los parí a casi todos.
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